Foto.: Mujeres amazónicas de Ecuador protestan por nuevas explotaciones. EFE/José Jácome
30/10/2019
El Movimiento Mujeres Amazónicas defensoras de la selva de Ecuador nació en el año 2013 a raíz de las llamadas «nuevas rondas de petróleo», es decir de la aprobación de un nuevo sistema de negocio sobre los recursos petroleros del país. Su fin es la defensa de la selva amazónica, de su territorio, de su cultura, de poder dejar a sus hijas e hijos una herencia cultural y medioambiental. Mujeres líderes de cada nacionalidad y pueblo indígena (Achuar, Shuar, Waorani, Sápara, Andoa, Kichwa y Shiwiar, entre otros) forman este colectivo de gran repercusión social. Las convocatorias que realizan las mujeres amazónicas son seguidas por muchas otras mujeres. Su lema es
"la tierra no se negocia solo se defiende"
En marzo de 2018 las Mujeres Amazónicas convocaron una marcha reivindicativa a Quito para entregar sus reivindicaciones, al presidente de la Republica. Ellas redactaron el denominado “Mandato de las Mujeres Amazónicas Defensoras de la Selva de las bases frente al extractivismo” que contenía 22 puntos sobre los que demandaban atención del Gobierno Nacional, en ese mandato rechazaban las concesiones petroleras y mineras, la violencia y persecución de las lideres indígenas. Un año después no han tenido respuesta y, muy al contrario, lo que ha ocurrido es que se ha abierto el mercado a nuevas empresas petroliferas, madereras, mineras e hidroeléctricas, como consecuencia de un país en crisis que no se toma en serio la responsabilidad de cuidar el medio ambiente y proteger los derechos colectivos.
Foto.: Seis mujeres de nacionalidades amazónicas y tres andinas aparecen retratadas con sus atributos característicos en un mural de 50 metros en un edificio de Quito, para recordar a los viandantes que son custodias de la naturaleza. Mural de Mona Caron
Patricia Gualinga, Nema Grefa, Salomé Aranda, Gloria Ushigua, Alicia Kawuiya, Amanda Martínez, y Margoth Escobar son algunas de las mujeres que pertenecen al Colectivo MUJERES AMAZÓNICAS. Estas mujeres han sufrido incendios en sus casas, saqueos, intimidaciones, y amenazas de muerte por su defender su territorio frente a las actividades económicas extractivistas de las grandes compañías extractivas, sin recibir ninguna protección oficial que vele por su seguridad personal. Amnistía Internacional ha denunciado en numerosas ocasiones su vulnerabilidad.
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