Foto.:Teresa Claramunt. Exposición EN REDADAS Buenos Aires (Argentina). 2016
La viruela, la meningitis B y C, la poliomielitis, el virus del papiloma humano son enfermedades que "casi" están controladas gracias a la existencia de vacunas específicas. Lady Mary Wortley Montagu, Concepción Campa Huergo, Eugenia Sacerdote de Lustig y Nubia Muñoz Calero han contribuido al desarrollo y éxito de dichas vacunas.
MARY WORTLEY MONTAGU (1689-1762). Lady Mary no poseía formación académica como médica pero si una enorme inquietud científica y una enorme erudición desde muy joven. Preocupada por la elevada mortandad que la viruela
causaba en Inglaterra (la epidemia de 1721 causó 3.000 muertos en Londres), observó en uno de los viajes en los que acompañó a su marido, embajador británico en Turquía, cómo las sanadoras turcas inoculaban pus de una víctima de un ataque leve de viruela como método de prevención. La inmunización contra la viruela era bien conocida desde hacía siglos en Medio y Extremo Oriente y por las lecheras británicas que sabían que el contacto con la viruela de las vacas producía inmunidad. A su regreso a Inglaterra comenzó a practicar esta medida como factor de prevención. Empezó con su hija, con huérfanos y con prisioneros, logrando el auspicio de sus experimentos por la Princesa de Gales. Dado que esta práctica empezó a extenderse por el país, encontró una fuerte oposición de la clase médica y de la Iglesia. A pesar de ello, la variolización se propagó por toda Gran Bretaña y por el resto de Europa.
MARY WORTLEY MONTAGU (1689-1762). Lady Mary no poseía formación académica como médica pero si una enorme inquietud científica y una enorme erudición desde muy joven. Preocupada por la elevada mortandad que la viruela
Sus trabajos sobre esta terapia de inmunización fueron un primer paso para el reconocimiento del origen microbiano de muchas enfermedades.
Edward Jenner (1749-1823) fue el descubridor oficial de la vacuna contra la viruela y casi nunca se menciona la importante contribución de Lady Mary Wortley Montagu.
Edward Jenner (1749-1823) fue el descubridor oficial de la vacuna contra la viruela y casi nunca se menciona la importante contribución de Lady Mary Wortley Montagu.
CONCEPCIÓN CAMPA HUERGO (1951-). Farmacéutica cubana, nacida en Sagua la Grande, desde su adolescencia sintió siempre predisposición hacia temas relacionados con la salud, diplomándose en Ciencias Farmacéuticas en 1974. Comenzó su etapa investigadora en el Centro de Preparados Biológicos de La Habana donde trabajó al comienzo como supervisora de las vacunas y posteriormente se integró en el grupo de investigación de la vacuna antimeningocócica. Es la descubridora de la única vacuna con eficacia comprobada que existe en el mundo contra la meningitis B y C. Por tal motivo la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual le otorgó la medalla de oro.
En mayo de 2003 la Fundación Cultural y Científica Iberoamericana, con sede en Madrid, otorgó a Concepción Campa el Premio Iberoamericano José Martí por sus méritos como investigadora de prestigio mundial y en especial por el desarrollo de la vacuna contra la meningitis.
Directora del Instituto Finley, centro de investigación y producción de vacunas y sueros, es miembro activo en política y madre de familia. En la actualidad, Concepción Campa está liderando la creación de una vacuna contra el cólera, el dengue y la hepatitis, aunque su investigación principal se orienta hacia el cólera.
EUGENIA SACERDOTE DE LUSTIG (1910-2011). Médica italiana, nacida en Turin. Estudió medicina junto a su prima RITA LEVI MONTALCINI, en una época en que el acceso a la universidad era muy difícil para las mujeres. Ambas y junto a otras dos compañeras obtuvieron su título en 1936. Tres años más tarde emigró junto a su marido e hija a Argentina para huir de las leyes raciales dictadas por Mussolini contra los judíos.
Tras vencer muchas dificultades por ser mujer y judía consiguió trabajar en la cátedra de Histología de la universidad de Buenos Aires aunque sin recibir por ello ninguna retribución económica. Fue pionera en el cultivo de células vivas, in vitro.
En la década de los años 50 se produjo una importante epidemia de poliomielitis en Buenos Aires y la Organización Mundial de la Salud la envió a EE.UU para trabajar con el profesor Jonas Salk, que estaba desarrollando una vacuna contra la polio. Cuando retornó a la Argentina se inoculó en público e hizo lo mismo con sus hijos para convencer a la población de los beneficios de la vacuna contra la poliomielitis.
La vacuna de Jonas Salk ya no se utilizan. Actualmente se usan otras más modernas, pero todas ellas basadas en el modelo de J. Salk.
EUGENIA SACERDOTE DE LUSTIG (1910-2011). Médica italiana, nacida en Turin. Estudió medicina junto a su prima RITA LEVI MONTALCINI, en una época en que el acceso a la universidad era muy difícil para las mujeres. Ambas y junto a otras dos compañeras obtuvieron su título en 1936. Tres años más tarde emigró junto a su marido e hija a Argentina para huir de las leyes raciales dictadas por Mussolini contra los judíos.
Tras vencer muchas dificultades por ser mujer y judía consiguió trabajar en la cátedra de Histología de la universidad de Buenos Aires aunque sin recibir por ello ninguna retribución económica. Fue pionera en el cultivo de células vivas, in vitro.
En la década de los años 50 se produjo una importante epidemia de poliomielitis en Buenos Aires y la Organización Mundial de la Salud la envió a EE.UU para trabajar con el profesor Jonas Salk, que estaba desarrollando una vacuna contra la polio. Cuando retornó a la Argentina se inoculó en público e hizo lo mismo con sus hijos para convencer a la población de los beneficios de la vacuna contra la poliomielitis.
La vacuna de Jonas Salk ya no se utilizan. Actualmente se usan otras más modernas, pero todas ellas basadas en el modelo de J. Salk.
NUBIA MUÑOZ CALERO (Cali, 1940), otra científica "olvidada" en los premios nobel.
Médica epidemióloga colombiana distinguida con el Premio Fronteras del Conocimiento en Cooperación al Desarrollo, de la Fundación BBVA, por demostrar que la infección por el virus del papiloma humano (VPH) es la causa principal y necesaria del cáncer de cuello de útero, una de las principales causas de muerte entre mujeres de países en vías de desarrollo. Las investigaciones de Nubia Muñoz ha sido utilizadas por la industria farmacéutica para desarrollar la primera vacuna eficaz contra este virus, que logra prevenir más del 70% de los cánceres de cuello uterino.
Nubia Muñoz estudió Medicina en la Universidad del Valle (Cali). Al finalizar la licenciatura en 1964 se especializó en patología, pero descubrió que estaba más interesada en dedicarse a la investigación que en ejercer la medicina. En 1967 obtuvo una beca de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), para estudiar Salud Pública en Bethesda (EE.UU), y más tarde continuó en la Universidad John Hopkins de Baltimore.
En 1969 fue contratada como investigadora en la sede de IARC en Lyon (Francia), donde trabajó durante más de treinta años. En el IARC inició sus investigaciones sobre agentes infecciosos que producían algunos tipos de cáncer, tales como el de esófago, estómago e hígado, investigaciones que la llevaron a trabajar en Irán. A mediados de los años 80 dirigía su propio equipo en el IARC, convirtiéndose en la primera mujer jefa de las quince unidades de la agencia y la única latinoamericana. Nubia Muñoz consiguió identificar la presencia del virus del papiloma humano en el cáncer del cuello del útero en pacientes de más de 30 países.
La monografía publicada por la IARC en 1995 fue determinante para que la industria farmacéutica desarrollara vacunas, que permitieron prevenir la infección por el virus del papiloma humano. No obstante la vacuna fue objeto de controversia por sus posibles efectos secundarios.
¿QUÉ OCURRIÓ CON SU NOMINACIÓN AL PREMIO NOBEL DEL AÑO 2008?
En 2008 fue nominada al Premio Nobel por descubrir que el virus del papiloma humano era el causante del cáncer de cuello. La Academia sueca premió al científico alemán Harald zur Hausen por descubrir "la relación entre el VPH y el cáncer de cuello de útero", pero no tuvo en cuenta el trabajo de Nubia Muñoz. Harald zur Hausen fue quien lo identificó en el laboratorio, mientras que ella fue quien tuvo la idea y lideró los estudios epidemiológicos que permitieron establecer su existencia. Las mismas palabras con las que se ha justificado la concesión del premio Fronteras del Conocimiento, fueron utilizadas en el año 2008 para justificar el premio nobel de Harald zur Hausen.
Actualmente es catedrática emérita del Instituto Nacional de Cancerología de Colombia y científica asesora del Instituto Catalán de Oncología, del Ministerio de Salud y Protección social de Colombia y del Instituto Nacional de Salud Pública de Cuernavaca (México). Por su trabajo ha recibido numerosos premios y reconocimientos.
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