20 oct 2014

20/10/2014 LA MATERNIDAD EN LA DIANA

Tiempos de pérdida de derechos, tiempos de involución, tiempos amenazantes para las libertades individuales. Una muestra de ello han sido las recientes noticias sobre intentos de controlar el momento en que las mujeres deciden ser madres.

Hemos conocido noticias que reflejaban un control directo o trasmitían una amenaza, como es el caso de las declaraciones de la señora Mónica Oriol: 

"Esa es una idea que quiero soltar aquí, también políticamente incorrecta, pero yo lo único que os digo es que prefiero una mujer de más de 45 o de menos de 25, porque como se quede embarazada, nos encontramos con el problema”.

Esta señora verbalizó lo  que muchas personas  opinan al respecto y que ocurre, de hecho, en muchas ocasiones.

Coincidiendo en el tiempo, el señor Ángel Donesteve, concejal del Ayuntamiento de Madrid por el PP, despidió a la Secretaria del distrito (tercer puesto en relevancia en el distrito) por haber sido madre. Según sus propias palabras:
"ella prefiere conciliar su vida personal y familiar, pero yo necesito rendimiento y el máximo número de horas que se puedan prestar".

También  se ha sabido de  una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, del pasado mes de abril, que confirmaba la sanción impuesta a AENA, condenada a pagar 3.000 euros a una demandante,  a la que se comunicó en una entrevista de trabajo, que no querían una empleada que pudiese coger una baja por maternidad en el futuro.  

Esta claro que en una entrevista de trabajo puede existir igualdad en los curriculums, pero siempre hay una diferencia: el útero

Casi al mismo tiempo hemos conocido noticias donde el control externo de la maternidad es mas sútil como es el caso de Apple y Facebook. Estas empresas  pagarán la congelación de óvulos a las empleadas que lo soliciten. El procedimiento permite congelar parte de sus óvulos durante sus años más fértiles, que a menudo coinciden también con el periodo más productivo de sus carreras profesionales.  Y lo hacen, según ellos, para atraer el talento femenino a Silicon Valley y no dicen que lo hacen para aumentar la productividad.  Estas empresas fuerzan a las mujeres a retrasar su maternidad para ser competitivas ante el peligro de ser señaladas como desleales a la empresa. El retraso de la maternidad es ya un hecho: el número de mujeres que tuvieron hijos e hijas  a partir de los 40 se ha triplicado entre el 2000 y el 2012.

Existen leyes sobre la igualdad de hombres y mujeres, sobre la maternidad, sobre la conciliación de la vida familiar y laboral, que pueden incumplirse sin ninguna consecuencia para las  y los infractores. Existe impunidad total para quienes impulsan, de forma burda o sútil, el regreso de las mujeres a la casa y a las tareas de cuidado gratis.

Los avances han costado mucho y los retrocesos casi nada


                                               Mi homenaje a Quino. 

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