La decisión de proclamar el 28 de mayo, como Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres fue la tomada en la reunión de integrantes de la Red Mundial por los Derechos Sexuales y Reproductivos realizada en mayo de 1987 en Costa Rica.
Veinte y siete años después, las desigualdades por
cuestiones de género en la salud siguen presentes, tanto desde el punto de
vista diagnóstico y clínico, como terapéutico y asistencial, sobre todo, debido
a que los estereotipos sexistas están vigentes en todas las vertientes de la
práctica médica.
Enfermedad. Foto. Teresa ClaramuntAlgunos ejemplos de las desigualdades existentes en materia de salud son los siguientes:
Las mujeres tienen una mayor esperanza de vida al nacer que los hombres, pero su vida con buena salud y sin enfermedad crónica es más corta que la de éstos.
La doble jornada laboral de un porcentaje importante de la población femenina acarrea una sobrecarga física y emocional que acaba afectando de manera negativa a su salud
La diferencia en la distribución del tiempo de ocio y del cuidado de la familia explica, al menos en parte, que los hombres duerman y practiquen más deporte que las mujeres: la mayoría de las personas que duermen menos de seis horas son mujeres.
Las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes, tienen una noción de salud diferente a la que tienen los hombres jóvenes. Mientras en ellas su salud es expresada en términos de bienestar y equilibrio con el entorno, ellos la expresan en relación a la fuerza y potencialidad física de su cuerpo
Las mujeres superan al sector masculino en ingesta de psicofármacos y representan el 75% de los consumidores totales de somníferos y tranquilizantes. Utilizan en mayor medida los psicofármacos y se automedican con más frecuencia como medida para disminuir los malestares de la cotidianeidad y la depresión, sin tratar de actuar sobre los factores sociológicos y psicológicos que los producen.
La medicina ha sido durante siglos un asunto de hombres. Durante años se asumió que estudiando al ser humano varón en su anatomía, fisiología, enfermedades y respuesta a los tratamientos se había analizado también al ser humano mujer y por eso las mujeres han estado ausentes de los ensayos clínicos.
No se puede hablar de la salud de las mujeres y no hablar de la salud sexual y reproductiva y del aborto. La ley Gallardón sería por si un misma una amenaza para la salud de las mujeres españolas en el caso de que no se consiga frenar su aprobación.
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