En el mes de octubre de 2012 se publicaron en la revista Procceding de la Academia Nacional de Ciencias de los EE.UU. los resultados de un estudio de la Universidad de Yale que evidenciaban el sexismo existente en mundo de la ciencia.
Las personas responsables del estudio diseñaron dos curriculums ficticios e idénticos, con dos únicas diferencias el nombre y el sexo: candidata Jennifer y candidato John. Enviaron estos curriculums (63 de Jennifer/64 de John) a profesoras y profesores de física, química y biología de seis universidades de norteamericanas, tanto públicas como privadas, de tres zonas geográficas diferentes. Se les solicitó que valorasen, la competencia, el nivel de contratabilidad y el nivel de tutorización.
La proporción del profesorado que respondió (el 70% eran hombres y el 30% eran mujeres) se corresponde con la proporción existente de hombres y mujeres en los altos cargos académicos. El resultado fue el siguiente:
1. El candidato John era más competente que la candidata Jennifer
2. El candidato John recibiría un sueldo mayor por su trabajo
3. El candidato John recibiría más apoyo y recursos para desarrollar su carrera investigadora
4. Estaban menos dispuestos a dedicar su tiempo a tutorizar a la candidata Jennifer que al candidato John.
Durante mi periodo de docencia en el Curso de Aptitud Pedagogica (1994 a 2008) realizaba un ejercicio con los futuros profesores y profesoras de secundaria, para ilustrar los rasgos sexistas de la escuela mixta. Se trataba de reflexionar sobre que las expectativas de vida, que el profesorado tiene respecto a su alumnado, están influidas por el sexo del mismo. En aquella actividad llamada LUIS/LUISA, en la que aparecia el siguiente texto:
.......
estudiante de vuestro centro. Tiene 16 años y es muy apreciado por el
profesorado y el alumnado. Es atractivo. Tiene sobresalientes en inglés,
matemáticas, química, física y economía. Tiene interés en ayudar a la
gente. Le gusta estudiar pero…. Quiere ganar dinero rápidamente.
¿Qué
estará haciendo un año después de acabar sus estudios (cuando abandona
definitivamente el sistema educativo)
¿A
qué edad los acabó? ¿Qué estará haciendo cuando
tenga treinta y cinco años?
Ellas y ellos tenían que "inventar" un proyecto de vida para Luis o Luisa, en función del personaje que se les asignaba (se repartían el mismo número de Luis y Luisas y se tenía en cuenta también el sexo de quien iba a responder).
Año tras año aparecía el éxito, el dinero y los cargos directivos asociados a los Luises y los estudios de grado medio, el trabajo en ONGs, la maternidad y el número de hijas e hijos a las Luisas. En los últimos años estos resultados sufrieron algunas alteraciones pues empezaron a salir aspectos relacionados con la crisis económica y la falta de trabajo.
Que descorazonador ha sido encontrar las inquietantes coincidencias entre mi LUIS/LUISA y el JOHN/JENNIFER americano.
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