Una segunda entrega de esta serie, en la que se recoge como se presentan a científicas de trayectoria conocida en algunas novelas. En este caso se trata del libro Amor perdurable de Ian McEwan, publicado en el año 1998. La figura de Rosalind Franklin aparece en una conversación sobre la historia del ADN en unos términos que para nada evidencian el papel tan decisivo que esta cristalografa jugó en el descubrimiento de la doble hélice del ADN y que fue ninguneado durante muchos años. En la página 205 se puede leer:
Rosalind FRANKLIN (1920-1958).
Nació en Londres en 1920 y, a pesar
de que a su padre no le gustaba que fuera a la universidad, en 1938 aprobó el
examen de ingreso en física y química en Cambridge. Entró en
contacto con la cristalografía cuando conoció al profesor William Lawrence
Bragg (Premio Nobel en 1915), hecho que tanto influiría en su actividad
científica posterior. En 1947 se instaló
en París donde aprendió y dominó las técnicas de la difracción de los rayos X,
adquiriendo tanta experiencia, que en 1950
John Randall, director del laboratorio del King´s College de
Londres le ofreció ocuparse de una
unidad de investigación y es en ese laboratorio donde realizó sus
investigaciones sobre la estructura del ADN. Su llegada e integración en el King´s
College no fue nada fácil, creía que iba a trabajar sola cuando realmente tuvo
que hacerlo bajo la dirección de Maurice
Wilkins. Éste enseño a Watson, sin el conocimiento de Rosalind uno de los diagramas de difracción del ADN
sobre los que ella trabajaba, Watson se dio cuenta inmediatamente de que el
modelo de hélice era correcto y unas semanas después él y su colega Crick
presentaron su propuesta para el ADN que fue publicada el 25 de abril de 1953
en la revista Nature. Las relaciones
entre los protagonistas del descubrimiento de la estructura del ADN fueron muy
tensas, tal como se recoge en el libro
de Watson “La doble hélice”. En 1953 Rosalind abandono
el King´s y el ADN y se trasladó al laboratorio de Bernal en el Birkbeck
College e inició sus investigaciones sobre el virus del mosaico del tabaco, un
año más tarde se incorporó a ese laboratorio
Aaron Klug (Premio Nobel en 1982) con quien
trabajó hasta su muerte de cáncer en
abril de 1958. J. Watson, F. Crick y M. Wilkins obtuvieron en 1962 el Premio
Nobel de Fisiología y Medicina por su descubrimiento de la estructura del
ADN. Los Nobel no se conceden con
carácter póstumo y Rosalind Franklin nunca pudo compartir la gloria del
descubrimiento de la estructura del ADN a pesar del papel crucial de su trabajo.
Han tenido que pasar más de cincuenta años para que se reconociera su aportación incluso por el
propio Watson quien en 1999 admitió que las fotografías de Rosalind “iluminaron sus investigaciones”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario