22 abr 2013

22/04/2013 MARGARITA SALAS FALGUERAS

Margarita Salas es la descubridora de una enzima la ADN polimerasa  Phi 29, cuya patente aportó desde 2003 a 2009, año en el que expiró la patente, más de un millón de euros cada año en concepto de royalties. Es la patente más rentable de la historia de este país. Esta enzima sirve a policias, forenses y laboratorios para hacer copias de ADN de forma rápida.

                            Margarita Salas en la Real Academia de Ciencias (enero 2013). Foto Teresa Claramunt

Margarita  (1938-). Nació en Canero (Asturias). Hija de un médico que alentó sus estudios en la Universidad de Madrid donde se licenció en química (especialidad Bioquímica) debido a la influencia del profesor Severo Ochoa. Realizó su tesis doctoral con Alberto Sols. Al finalizar su doctorado viajó a Nueva York y empezó a trabajar con Severo Ochoa. Al cabo de tres años regresó a España creando junto a su marido Eladio Viñuela el Centro de Biología Molecular. La investigación básica sobre el virus bacteriano Phi 29 ha sido y es su vida. Ha sido  profesora de investigación del CSIC y trabaja en el Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” compaginando su trabajo científico con la de conferenciante por toda España.  Muchas de estas conferencias analizan el papel y las dificultades de las mujeres en la ciencia. 

Su actividad científica ha sido reconocida con numerosos premios a nivel de estado e internacionales. Recibió el premio Carlos J. Finley de la  en 1991, el premio Rey Jaime I de Investigación en 1994, el premio Valores humanos del Grupo de Correo de la Comunicación en 1998, el nombramiento como Presidenta del Instituto de España en 1995, el Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal en 1999, el premio l´Óreal–Unesco en el año 2000, Académica de la Lengua, ocupando el  sillón “i”  en la Real Academia Española trabajando en la comisión de Vocabulario Científico y Técnico. En el año 2005 recibió la Medalla de Oro al Mérito al Trabajo.Trabajadora incansable no concibe la idea del retiro, según ella misma dijo en el año 2006  “me  faltan dos años para la jubilación obligatoria, pero en el Centro Superior de Investigaciones Científicas existe la figura del profesor "ad honorem", una figura puramente honoraria que te permite seguir trabajando “me parece que son tres años renovables por otros tres y yo voy a seguir. Ya he dicho que me moriré con la bata puesta”. 



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