07/05/24
A raíz de un trabajo de investigación reciente, he tenido la oportunidad de revisar algunos de los nuevos libros de texto de Biología y Geología para Secundaria y Bachillerato. En concreto he analizado la presencia de mujeres científicas en los textos, así como el número de ilustraciones femeninas y masculinas y el lenguaje (inclusivo o no) utilizado en 10 libros de las editoriales Anaya, Santillana, McGraw Hill, Cruïlla y Baula. En estas tres últimas, los textos analizados se correspondían a ediciones publicadas en Catalunya.
Los resultados obtenidos se encuentran recogidos en la siguiente tabla:
1. En todos los textos aparecen citas, imágenes, datos biográficos, y menciones de las aportaciones a la ciencia de mujeres científicas. No obstante en 8 de ellos su número es menor al de los hombres.
En los dos textos de 2º de Bachillerato se hace referencia a investigaciones realizadas por equipos de científicas y científicos mencionando solo sus apellidos, lo que hace difícil que el alumnado intuya que algunos correspondan a mujeres. Es el caso de Martha Chase o Tsuneko. Okazaki, que son participantes en las investigaciones sobre el ADN. Ocurre lo mismo en el libro de 3º ESO, de la Ed. Baula, con la geóloga Inge Lehman, que solo es mencionada por su apellido, cuando trata el tema de la estructura interna de la tierra.
2. En las ilustraciones que acompañan los diferentes temas de los 10 libros hay relativamente pocas que utilicen figuras femeninas y masculinas. Hay 5 textos en los que hay mas figuras femeninas que masculinas y otros 5 en que son las masculinas las que predominan. En general abundan ilustraciones que muestran fragmentos del cuerpo humano sin especificar si son de hombres o mujeres.
3. En 5 de los libros analizados se utiliza el lenguaje inclusivo de forma total. Otros 2 utilizan el masculino genérico de forma generalizado y en el resto hay una mezcla de ambos.
4. Aunque el curriculum oculto presente en todos los textos es difícil de valorar, se observan imágenes que siguen trasmitiendo valores femeninos y valores masculinos tradicionales, y que no representan de forma significativa los cambios sociales producidos. Algunos ejemplos se pueden observar en las siguientes ilustraciones:
En la primera se pueden apreciar personajes femeninos y masculinos pero se puede apreciar un reparto de roles muy tradicional. Asignar la función de cajera a una figura femenina y el acompañamiento de su entorno familiar a las otras dos no son en ningún caso un "cambio social".
Las dos ilustraciones siguientes son un claro ejemplo de los comportamientos sexistas que
ocurren en las aulas. Las chicas adoptan actitudes de pasividad aprendiendo a ser no protagonistas. Interiorizan un papel secundario y una inseguridad en el ámbito público, el denominado síndrome de la impostora. Esta actitud se va acrecentando según las alumnas avanzan en su vida escolar.
Las siguientes imágenes actúan como un refuerzo de las situaciones discriminatorias que ocurren en la actividad científica del alumnado.
Es evidente que han habido cambios, que las mujeres científicas están presentes en los libros de texto en una mayor proporción que en el pasado. (Ver tabla de un texto del año 2016). Aún así mi impresión es que se ha hecho un lavado de cara pero que aún queda mucho trabajo por realizar.
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